domingo, 9 de junio de 2013

Opciones de futuro de la energía solar fotovoltaica

Desde hace algunos años, expertos e investigadores en el ámbito de la energía, están cada vez más de acuerdo en que los gobiernos deben tomar soluciones urgentes ante el importante descenso de la disponibilidad mundial de los recursos energéticos de los combustibles fósiles.

En este escenario, muchos países quieren situarse al frente de la carrera por nuevas energías que sean más respetuosas con el medio ambiente y que faciliten la anhelada independencia energética.

En España, la energía solar podría ser una de las más rentables de Europa, teniendo en cuenta la irradiación anual que recibe nuestro territorio. La energía fotovoltaica tuvo en nuestro país un despegue sin precedentes. En 2004, esta tecnología aún era inmadura y el desarrollo productivo era insuficiente para alcanzar los objetivos de potencia instalada, marcados por la UE y el Plan de Energías Renovables 2005-2010. La legislación cambió rápidamente para dar impulso al sector, se establecieron elevadas primas a la producción  y unas tarifas reguladas muy beneficiosas para los productores de esta energía. En pocos meses se superó el objetivo de potencia instalada fijado por la ley, de 400 MW  para el 2010, pasando de 144 MW instalados en 2006 a 1.600 MW instalados en 2007. Este gran incremento llevó a España a ser líder mundial en potencia fotovoltaica instalada.

Ante el espectacular crecimiento, el marco regulatorio estatal energético, el mismo que propició un intenso desarrollo del sector fotovoltaico en los últimos años, situando a nuestro país entre los primeros mercados mundiales en el 2008, ha sido revertido por el Gobierno en sus planes y medidas urgentes, comenzando a cambiar de manera más restrictiva para intentar controlar la evolución del sector. En el Real Decreto 1578/2008, de retribución de la energía solar fotovoltaica se reduce drásticamente las tarifas y se limita la potencia anual de las instalaciones. Desde el año 2008, numerosas leyes que afectan a las energías renovables, se  han ido sucediendo a rápida velocidad,  y limitando cada vez más el crecimiento del sector, dejando fuera de plazo el registro de instalaciones y creando una situación en la que éstas no pueden recuperar la rentabilidad ni ser competentes en las tarifas. A pesar de esto, cabe destacar que  otras energías no reflejan en tales tarifas, los costes medioambientales y sociales que suponen. El 27 de Enero de 2012 se aprueba el RD 1/2012, por el que se procede a la suspensión de los procedimientos de preasignación de retribución y a la supresión de los incentivos económicos para nuevas instalaciones de producción de energía eléctrica a partir de cogeneración, fuentes de energía renovables y residuos. 

La energía fotovoltaica es la que más está sufriendo los recortes a las renovables en España, dejando una situación verdaderamente dramática para miles de empresarios y de inversores que lanzaron sus proyectos al amparo de unas ayudas estatales y que ahora se ven imposibilitados incluso de hacer frente a los créditos con los que realizaron estas inversiones y que fueron asumidos en base a las tarifas de inicio,que fueron garantizadas por el gobierno. La desconfianza en la seguridad jurídica y la legislación en nuestro país han provocado además que muchos inversores extranjeros den un paso atrás en lanzar sus proyectos en nuestro territorio, algo que nuestra economía no puede permitirse.

Sin embargo pese a la situación en España, la energía fotovoltaica sigue creciendo a escala mundial. Según los últimos datos de la EPIA (Asociación Europea de la Industria Fotovoltaica) son ya 100GW de potencia instalada a escala mundial, lo que equivale según dicha fuente, en el periodo de un año, a la energía eléctrica producida  por 16 centrales de carbón o 16 centrales nucleares de 1 GW y a un ahorro de unos 53 millones de toneladas de CO2.

La energía fotovoltaica está haciendo frente a sus principales problemas, por un lado, el coste de la fabricación tecnológica y por el otro, la búsqueda de sistemas de almacenamiento que permitan un aprovechamiento más rentable de dicha energía. Los costes económicos y medioambientales para obtener los paneles fotovoltaicos se han ido reduciendo gracias a  la llamada curva de aprendizaje en la implantación de esta tecnología, y a la inversión en I+D+i que están haciendo muchas empresas para obtener células fotovoltaicas con procesos de fabricación menos complejos y costosos y que requieran una cantidad mucho menos elevada de la materia prima.

En Europa se está desarrollando el Proyecto Kestcells, por el cual se pretende la creación de una red científica que trabaje sobre tecnologías fotovoltaicas avanzadas de película delgada, que cumplan con los requisitos de rentabilidad, eficiencia y sostenibilidad. Las investigaciones se centran en un nuevo mineral, la kesterita, formada por cobre y cinc, para la producción de las cédulas solares.

El Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas en Argentina, está desarrollando paneles solares de alto rendimiento y bajo coste al abrirse camino en la fabricación de celdas fotovoltaicas con silicio microcristalino frente al silicio monocristalino, más costoso. Martín Roscheisen, Director General de la empresa Nanosolar, señala en un artículo para National Geographic que están avanzando en la investigación de cédulas solares de capa fina, que podrían fabricarse a partir de partículas semiconductoras que, aplicadas sobre un material similar al papel de aluminio podrían crear una superficie semiconductora.

Pese a la mala situación que atraviesa el sector en España, la energía fotovoltaica no deja de mirar al futuro. El pasado mes de febrero se celebró en Madrid la Feria Internacional de la Energía y el Medio Ambiente GENERA 2013, donde se reúnen miles de profesionales e importantes empresas del sector y presentar sus soluciones más innovadoras. En esta ocasión, el foco de atención se ha centrado en el campo del autoconsumo instantáneo y el balance neto, el cual cada vez toma peso en la industria fotovoltaica y se presenta como un recurso que reduce la dependencia energética y las pérdidas en la red, supone un ahorro energético y económico y es más sostenible y beneficioso ambientalmente.

La modalidad de autoconsumo de balance neto permite incrementar el tamaño de las instalaciones de autoproducción y además de aprovechar del autoconsumo instantáneo compatibiliza la curva de producción con la curva de demanda. Si la demanda es superior a la producción se importará energía de la red, y cuando la demanda sea inferior a la producción, se exportará energía a la red. La clave está en una regulación de la valoración de estos excedentes energéticos y en el llamado horizonte de compensación de dichos excedentes, de la cual depende el tamaño de la instalación y los potenciales ahorros a conseguir. El sector se encuentra a día de hoy a la espera de la aprobación del borrador del Real Decreto sobre el balance neto.

En GENERA 2013, diversos profesionales afirmaban en numerosas ponencias técnicas, que en España podía ser ya rentable el autoconsumo a precios de energía mayorista (a precio de pool) y el pago de los excedentes de los que vierten a la red, al mismo precio del mercado. Parece claro para la mayoría de los expertos que España debe hacer el esfuerzo de avanzar en el cambio de modelo energético, tanto por cumplir nuestros compromisos medioambientales, como por asegurarnos un suministro energético que hoy depende de otros países, con lo que esto conlleva para nuestra economía. Frenar una industria desarrollada y con el grado de madurez alcanzado en las energías renovables, puede salir muy caro en un futuro próximo.


Solo cabe esperar que la crisis y la falta de interés político no abandonen a su suerte lo que podría volver a ser  uno de los grandes motores de nuestro desarrollo y propiciarnos un futuro energético independiente y sostenible. Las energías renovables necesitan  ser apoyadas de nuevo. Que vuelva a brillar el sol. 

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